viernes, 1 de julio de 2011

Pablo Neruda, Cien Sonetos de amor Soneto II

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, 
qué soledad errante hasta tu compañía! 
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia. 
En Taltal no amanece aún la primavera. 

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos, 
juntos desde la ropa a las raíces, 
juntos de otoño, de agua, de caderas, 
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos. 

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río, 
la desembocadura del agua de Boroa, 
pensar que separados por trenes y naciones 

tú y yo teníamos que simplemente amarnos, 
con todos confundidos, con hombres y mujeres, 
con la tierra que implanta y educa los claveles.

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